
El Observatorio Astronómico de Tarija, una joya científica única en Bolivia, celebra 41 años de ininterrumpida labor en la investigación y difusión de la Astronomía. Desde su inauguración oficial el 14 de abril de 1984, este centro ha sido un bastión del conocimiento, permitiendo que estudiantes, astrónomos y ciudadanos se acerquen al estudio del universo desde el sur del país.
El cielo, desde tiempos inmemoriales, ha sido una fuente de asombro e inspiración para la humanidad. La Astronomía, practicada por civilizaciones milenarias, sigue siendo una de las ciencias más dinámicas de la actualidad. Con ayuda de tecnología de punta y técnicas sofisticadas, los astrónomos modernos investigan el origen, movimiento, tamaño y naturaleza de los cuerpos celestes, incluyendo al universo en su totalidad.
En ese marco de admiración y búsqueda del conocimiento, astrónomos soviéticos y bolivianos decidieron en diciembre de 1982 construir un centro de observación astronómica en las cercanías de Tarija. Así nació lo que hoy es una verdadera institución nacional: el Observatorio Astronómico ligado a la Universidad Autónoma Juan Misael Saracho (UAJMS).
“Nadie imaginó que pasadas cuatro décadas este centro astronómico se convertiría en un referente de la Astronomía nacional, único en el país, manteniendo programas de observaciones e investigaciones astronómicas de forma continua”, señalaron desde el equipo técnico del observatorio.
Durante estos años, el observatorio ha contado con la invalorable colaboración de astrónomos, investigadores y técnicos soviéticos y rusos, quienes, junto a sus colegas bolivianos, desarrollaron una impresionante cantidad de trabajos en distintas ramas de la astronomía.
En el campo de la Astrometría, han contribuido con catálogos estelares del hemisferio sur, estudios sobre la supernova 1987ª, así como el seguimiento de asteroides, cometas y basura espacial. En el área de la Astrofísica, el observatorio ha realizado investigaciones sobre el cometa Halley, estrellas variables, planetas y sus satélites, utilizando herramientas como la fotometría, polarimetría, espectrofotometría y espectro polarimetría.
Estos estudios han sido publicados en revistas científicas internacionales y presentados en coloquios, simposios y congresos tanto en Bolivia como en el extranjero, consolidando al observatorio como un centro de producción científica de alcance internacional.
Fruto de este destacado trabajo, en febrero de 1993, el Estado boliviano promulgó la Ley Nº 1436, mediante la cual se otorga al centro el rango de “Observatorio Astronómico Nacional”.
Pero además de la investigación, el observatorio ha hecho un firme compromiso con la divulgación de la ciencia astronómica. Bajo la premisa de que la ciencia es parte de la cultura, este espacio desarrolla actividades constantes de educación, formación y promoción del conocimiento astronómico, orientadas a estudiantes, turistas y público en general.
“Buscamos potenciar la enseñanza de la Astronomía para que la ciudadanía comprenda la importancia de mirar el cielo y entender sus fenómenos. Esta ventana al universo permite conectar a niños, jóvenes y adultos con las constelaciones, cúmulos, nebulosas y planetas”, explicaron desde la institución.
Los visitantes pueden realizar observaciones visuales y con telescopios, participar en talleres educativos, visitas guiadas y jornadas especiales que se desarrollan durante todo el año.
Uno de los mayores logros recientes del observatorio fue la instalación del Planetario GOTO GS, un proyecto de largo aliento que se hizo realidad en el año 2010, gracias a la donación del pueblo y gobierno de Japón. Este moderno planetario fue instalado por técnicos japoneses y bolivianos, y hoy es una herramienta fundamental para la divulgación científica.
En su interior, el Planetario simula la bóveda celeste con gran precisión, permitiendo a los asistentes disfrutar de espectáculos astronómicos, aprender sobre los movimientos del Sol, la Luna, los planetas y las estrellas, y explorar fenómenos fascinantes del cosmos.
“Mezclamos el rigor de la ciencia con lo recreativo. El objetivo es despertar el interés por la Astronomía y brindar una experiencia educativa inolvidable”, destacan los responsables del centro.
Además, el Observatorio organiza regularmente observaciones públicas desde la plaza principal de Tarija, permitiendo que la ciudadanía tenga un contacto directo con el cielo y con el conocimiento astronómico más actualizado.
A sus 41 años, el Observatorio Astronómico Nacional de Tarija se mantiene como una luz encendida en el firmamento de la ciencia boliviana, llevando adelante la misión de observar, investigar, educar y, sobre todo, inspirar. Un verdadero orgullo tarijeño y un símbolo de que mirar al cielo también es construir futuro.
Fuente: La Voz de Tarija