
Por cada 10 personas que buscaban trabajo activamente en 2012, hoy hay 25 personas en la misma situación, reflejando una triplicación de la desocupación en poco más de una década
Los datos del Censo de Población y Vivienda del 2024 han revelado una tendencia preocupante en Tarija, como el aumento del desempleo, la persistente brecha de género y el crecimiento del trabajo por cuenta propia. Si en la gestión 2012 había 10 personas buscando trabajo, en la actualidad son 25 en la misma situación, reflejando una triplicación de la desocupación en poco más de una década. O que 5 de cada 10 trabajadores son por cuenta propia.
El lado positivo, es que hay avances en la participación laboral de las mujeres y cambios estructurales en la ocupación.
El departamento de Tarija, conocido por su producción gasífera y vitivinícola, ha experimentado transformaciones económicas y demográficas en las últimas dos décadas que son meritorias de analizar. Los datos censales de 2001, 2012 y 2024 ofrecen una radiografía detallada de cómo ha evolucionado el mercado laboral en esta región, que puede servir como referente para entender la realidad nacional.
La fuerza laboral
Entre 2001 y 2024, la población tarijeña en edad de trabajar (PET) creció de 145.543 a 285.136 personas, un aumento del 96%. Sin embargo, lo más llamativo es el incremento de la Población Económicamente Activa (PEA), que pasó de 87.427 a 155.558 en hombres y de 54.041 a 129.578 en mujeres. Esto refleja una mayor incorporación de la mujer al mercado laboral, aunque persisten desafíos en términos de calidad del empleo y equidad.
La Tasa Global de Participación (TGP) —que mide el porcentaje de personas en edad de trabajar que están activas— aumentó del 58,96% en 2001 al 72,25% en 2024. Este incremento es más notable en áreas rurales, donde la TGP llegó al 76,45%, indicando una mayor presión por generar ingresos en el campo.
Desempleo en aumento
Uno de los datos más alarmantes es el crecimiento de la población desocupada. En 2024, se registraron 5.050 hombres y 4.232 mujeres desempleados, cifras muy superiores a las de 2012 (1.544 hombres y 1.305 mujeres). La tasa de desocupación prácticamente se triplicó en el área urbana, donde se concentra la mayor parte de la población.
Este aumento podría estar relacionado con la crisis económica postpandemia, la caída de la inversión pública y la incapacidad del sector formal para absorber la creciente fuerza laboral.
Brecha de género
A pesar de que más mujeres se han incorporado al trabajo, la brecha de género sigue siendo evidente: La Tasa de Ocupación (TO) en 2024 fue de 77,52% para hombres y 62,51% para mujeres.
La Tasa Global de Participación (TGP) también muestra una diferencia: 80,13% para hombres frente a 64,62% para mujeres.
En el área rural, la brecha es aún más pronunciada: 85,33% de los hombres están activos, frente al 67,09% de las mujeres.
Además, las mujeres son mayoría en la población económicamente inactiva (PEI), con 70.949 frente a 38.586 hombres en 2024. Muchas de ellas se dedican a labores de cuidado no remuneradas, una realidad que no capturan completamente las estadísticas laborales.
Informalidad y trabajo por cuenta propia
La categoría ocupacional es un termómetro de la calidad del empleo. En 2024: El 51,78% de los ocupados eran trabajadores por cuenta propia. Solo el 37,65% eran empleados u obreros. El trabajo familiar no remunerado representó el 9,02%, con una fuerte presencia femenina.
Estos datos confirman la alta informalidad en el mercado laboral tarijeño. El trabajo por cuenta propia —a menudo asociado a baja productividad y falta de protección social— es la principal fuente de empleo, especialmente en zonas rurales.
Sectores económicos
La estructura productiva de Tarija sigue apoyándose en sectores tradicionales: Agricultura, ganadería y pesca concentran el 26,27% de la población ocupada; el comercio al por mayor y menor representa el 21,06%; y la industria manufacturera solo ocupa al 6,73%.
Llama la atención el bajo peso de la industria y los sectores modernos (como las TIC o servicios financieros), lo que refleja una economía poco diversificada y dependiente de recursos naturales y comercio.
Urbanización y cambios en el empleo
La población urbana creció significativamente, pasando de 246.952 en 2001 a 368.319 en 2024. Este proceso de urbanización ha cambiado la estructura del empleo:
En lo urbano, predominan el comercio, los servicios y la construcción.
En lo rural, la agricultura sigue siendo la actividad principal, pero con una creciente presencia de mujeres en labores no agropecuarias.
Juventud y empleo, un desafío
Los jóvenes entre 14 y 19 años presentan las tasas de participación más bajas (33,42% en 2024) y altos niveles de inactividad debido a que muchos aún están estudiando. Sin embargo, quienes trabajan lo hacen a menudo en condiciones de informalidad y sin protección social.
Los datos de Tarija reflejan tendencias que podrían extrapolarse a nivel nacional: Crecimiento de la fuerza laboral, especialmente femenina; Aumento del desempleo y subempleo; Alta informalidad y predominio del trabajo por cuenta propia; Persistencia de brechas de género en el acceso a empleos de calidad; Economía poco diversificada, dependiente de sectores primarios y comercio.
Fuente: El País