
El hecho que destapó uno de los casos de abuso más impactantes en la región fue descubierto por el primo de la víctima, quien encontró una cámara oculta en el dormitorio de la menor. Al revisar el contenido, descubrió un video donde se observa claramente la agresión sexual perpetrada por Fernando P. Q., su padrastro, contra su hijastra de 12 años. Alarmado, el testigo de la víctima compartió el hallazgo con la madre de la menor, quien, tras hablar con su hija, logró que la niña revelara las horribles experiencias que había sufrido durante varios años a manos de su pareja.
Miguel Tapia, fiscal asignado al caso, reveló que las agresiones se registraron de manera sistemática durante varios años, mientras Fernando P. Q. vivía en el mismo hogar que la víctima y su madre. El caso fue escalofriante no solo por la naturaleza de los abusos, sino por la forma en que el agresor logró ocultar su accionar durante tanto tiempo.
“La denuncia fue inmediatamente presentada ante la Fiscalía Departamental de Tarija, lo que dio inicio a una exhaustiva investigación”, dijo Tapia
Este jueves, en una audiencia de juicio oral, la Fiscalía presentó una serie de pruebas irrefutables que demostraron la culpabilidad de Fernando, quien aprovechó su condición de padrastro para someter a la niña a abusos reiterados entre los años 2015 y 2018, en un domicilio ubicado en un barrio de la ciudad de Tarija. Según los informes, el sujeto aprovechaba los momentos en los que se quedaba a solas con la menor para realizarle toques impúdicos, y con el tiempo, su agresión escaló a una violación.
Entre las pruebas presentadas por la Fiscalía, se encuentran los informes psicosociales, la pericia psicológica, el certificado médico forense que comprobó la existencia del delito, y las declaraciones testificales de quienes fueron testigos del abuso. Además, la Fiscalía destacó la entrevista informativa de la víctima, quien detalló con valentía las agresiones sufridas, lo que resultó fundamental para la condena.
Sandra Gutiérrez, fiscal departamental, destacó que los elementos probatorios fueron contundentes y dejaron en claro que el acusado cometió el delito en contra de la menor.
“Gracias a la valiente declaración de la víctima, el trabajo de los fiscales y la solidez de las pruebas presentadas, se logró que el Tribunal emitiera una sentencia condenatoria”, expresó Gutiérrez.
Finalmente, el Tribunal de Sentencia Penal, Anticorrupción y Contra la Violencia hacia las Mujeres Primero de la Capital dictó una condena de 15 años de prisión para Fernando P. Q., quien deberá cumplir su pena en el penal de Morros Blancos.
Fuente: el Andaluz