
Una ciudadana de 36 años fue víctima de una modalidad de estafa digital cada vez más frecuente, luego de recibir un mensaje de WhatsApp supuestamente enviado por un compañero de trabajo. En el texto, el contacto le solicitaba con urgencia el depósito de Bs 8.000, indicándole que lo realice mediante un código QR a nombre de una tercera persona. Confiando en la legitimidad del pedido y sin verificar por otros medios, la víctima procedió con la transacción. Minutos después, al comunicarse directamente con su colega, descubrió que había sido engañada: su contacto había sido víctima de hackeo y varios conocidos también estaban recibiendo solicitudes similares.
Según informe preliminar de la Policía, el hecho ocurrió el pasado 10 de abril y fue formalmente denunciado ante la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC) el 16 del mismo mes. La investigación quedó a cargo de una sargento, quien ya inició las diligencias correspondientes. La persona sindicada figura como titular de la cuenta a la que fue transferido el dinero, y actualmente es investigada por su posible implicancia directa en el delito.
De acuerdo con el reporte policial, el modus operandi consistió en la suplantación de identidad a través de redes sociales, una práctica que ha ido en aumento en las últimas semanas. El perfil del supuesto remitente coincidía plenamente con el del compañero de trabajo de la denunciante, lo que hizo aún más creíble el engaño.
En tanto Ministerio Público junto con la Policía analizará los elementos probatorios, incluyendo el flujo bancario y las direcciones IP vinculadas a la operación, para determinar responsabilidades y posibles nexos con redes de estafa estructuradas.
Las autoridades advierten a la población que este tipo de estafas, si bien utilizan plataformas digitales, no son meros delitos cibernéticos, sino hechos con consecuencias penales claras, como la apropiación ilegal de recursos económicos mediante engaños.
Fuente: el Andaluz