
Argentina celebró el domingo elecciones presidenciales en las que el ministro de Economía peronista Sergio Massa logró un sorprendente primer lugar pese a una enorme crisis económica y se enfrentará en un balotaje a Javier Milei, un recién llegado a la política que era el favorito antes de los comicios.
Massa y Milei se enfrentarán en la segunda vuelta el 19 de noviembre y quien resulte ganador asumirá la presidencia el 10 de diciembre, reemplazando al saliente presidente peronista de centroizquierda Alberto Fernández. El candidato oficialista obtuvo un 36,7% de los votos frente a Milei, que captó un 30%.
La conservadora Patricia Bullrich, popular entre el «establishment» y los círculos empresariales, obtuvo cerca del 24% de los votos y quedó fuera del balotaje.
A continuación los puntos más destacados de la primera vuelta electoral:
GANADORES Y PERDEDORES
El Gobierno de Unión por la Patria, que enfrenta una grave crisis con una inflación cercana al 140% anual, reservas negativas del banco central y el 40% de la población en la pobreza, fue el sorpresivo gran ganador de la noche.
Los seguidores de Milei quedaron desanimados porque tuvo un desempeño peor al que muchos esperaban, aunque obtuvo casi 8 millones de votos, más de los que había conseguido en las primarias de agosto y un resultado llamativo para un candidato que llegó a la política en 2021. Ahora sigue en carrera para una segunda vuelta con su partido La Libertad Avanza.
Bullrich, la candidata del principal bloque conservador, fue la gran perdedora de la elección. La coalición Juntos por el Cambio era la favorita para ganar la presidencia antes de las primarias, pero su voto se vio diluido por peleas dentro de la alianza y el abrupto ascenso de Milei.
El nuevo presidente y vicepresidente del país gobernarán durante cuatro años, hasta fines de 2027.
DOS EN CARRERA
Milei, un economista ultraliberal de 53 años, suele usar camperas de cuero y ha despertado comparaciones con el expresidente estadounidense Donald Trump y el exlíder brasileño Jair Bolsonaro por su estilo abrasivo.
El líder libertario, quien hasta dos años era solo un histriónico columnista de economía en la televisión, ha prometido que, si asume, realizará una reestructuración política y económica hasta el momento inédita en la historia de Argentina, que incluye la dolarización de su economía, la eliminación del banco central y una drástica reducción del rol del Estado.
Massa, el ministro de Economía de 51 años, es considerado un pragmático dentro del movimiento peronista, lo que lo ha ayudado a capturar votos más moderados.
El avance de Massa ilustra un fuerte reacomodamiento dentro del partido político más influyente en Argentina desde mediados del siglo pasado, con un corrimiento de la poderosa vicepresidenta de centroizquierda Cristina Fernández de Kirchner del centro de su escena tras casi dos décadas de preeminencia.
LUCHA CABEZA A CABEZA
Massa llega a la segunda ronda con el impulso de la victoria, pero hay mucho en juego todavía. Milei podría atraer a gran parte de los 6,3 millones votantes conservadores de Bullrich, más afines a su pensamiento liberal que al peronismo gobernante, aunque sus exabruptos y excesos podrían jugarle en contra.
Los votos del candidato Juan Schiaretti, un peronista que compitió de forma separada y obtuvo un porcentaje mayor que el esperado -casi el 7%-, también podrían desempeñar un papel determinante en una segunda vuelta.
Es probable que haya una campaña acalorada durante el mes próximo, a medida que los dos candidatos presenten planes económicos opuestos. Massa está comprometido a proteger la red de seguridad social del país, mientras que Milei quiere pasar la «motosierra» a un sistema que ha dejado la nación en su peor crisis económica en décadas.
ENCUESTAS POCO CONFIABLES
Una vez más, los encuestadores y expertos del país quedaron sorprendidos por el resultado. Casi todos los sondeos preelectorales mostraban a Milei por delante de Massa, aunque acertaron sobre el mal desempeño de Bullrich.
Los encuestadores tampoco habían detectado el ascenso de Milei en las primarias de agosto, cuando obtuvo un sorprendente primer lugar, lo que se suma a un importante error en las previsiones en los comicios de 2019.
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