
El representante de la Federación Departamental de Ganaderos de Tarija, Richard Flores, explicó que el reciente incremento en el precio de la carne no responde a una decisión arbitraria de los productores, sino a una serie de factores económicos y de logística que han afectado a toda la cadena productiva.
“Yo creo que hay que entender la cadena productiva de la carne, del ganado”, manifestó Flores, indicando que los ganaderos no han elevado de forma significativa sus precios. Entre los factores que han incidido en el costo de producción, mencionó la escasez de diésel, la devaluación de la moneda nacional y el encarecimiento de los insumos utilizados en el confinamiento del ganado, como los productos veterinarios.
A pesar de estas dificultades, aseguró que el ajuste de precios por parte del sector productor no ha sido alarmante, tal como se ha insinuado en algunas plataformas digitales. “También ha hecho que nosotros actualicemos nuestros precios pero no son de manera alarmante como dicen las redes sociales”, aclaró.
Flores remarcó que los ganaderos venden ganado vivo, y que son los intermediarios quienes lo comercializan a los centros de faenado, donde finalmente se establece el precio para el consumidor. “Nosotros vendemos ganado vivo y ellos son los que venden a los centros de faenado, al final los intermediarios son los que elevan el precio final”, sostuvo.
Finalmente, precisó que actualmente el precio del ganado vivo se encuentra entre 28 a 30 bolivianos el kilo, reiterando que los ganaderos no son responsables directos del incremento que se percibe en los puntos de venta al detalle.
Fuente: La Voz de Tarija