
Ya están en marcha las elecciones presidenciales y parlamentarias en Zimbabwe, donde la oposición busca poner fin al gobierno de 43 años del partido Zanu-PF.
Incluso antes de que abrieran los colegios electorales, ya se habían empezado a formar largas colas en Mbare, un municipio en las afueras de la capital, Harare.
Algunos le dijeron a la BBC que estaban emocionados de ejercer sus derechos.
La economía del país está en ruinas, pero un portavoz del gobierno dijo que creía que los zimbabuenses querían darle al presidente Emmerson Mnangagwa otro mandato.
La campaña ha estado marcada por los arrestos de activistas de la opositora Coalición Ciudadana por el Cambio, a la que se le ha dado poca exposición en los medios estatales.
Pero a principios de esta semana el candidato presidencial del partido, Nelson Chamisa, dijo a la BBC que confiaba en la victoria.
Se espera que hasta 6,5 millones se presenten en una elección entre la vieja guardia y la generación más joven ansiosa por el cambio.
La policía ha advertido a los votantes que abandonen los colegios electorales después de emitir su voto, después de que algunas ONG instaran a los zimbabuenses a defender su voto contra la manipulación.